Mi Canción

miércoles, noviembre 09, 2005

Día del Trabajo 2005

Bueno!!! Tarde pero seguro y para dolor de cabeza de muchos; aquí está la reseña del reciente día del burro; cualquier omisión favor de dirigirse a mi y así tiramos una versión 1.1, porque cuando el Coyote bebe mucho, Borra… y yo creo que bebió alguito.

Pues nada, la hermosa mañana del día 1 de Mayo; como todo dominicano, el grueso de empleados de la prestigiosa institución Cooperativa San José; decidió que un Domingo no podía ser día del trabajo, así que lo cambiaron para el Lunes y desde entonces el Lunes pasó a ser el día de LaResacaDespuésDelDíaDelTrabajo.

Yo no sé a qué hora empezó a ciencia cierta la fiesta, pero después de par de horas esperando un vehículo, se nos informó que los vehículos estaban de sobra, pero los choferes no estaban sobrios; o no querían manejar en buen estado.

Casi a las 11 de la mañana, apareció Sony en una camioneta de 5 pasajeros, en dónde habían unos 15 esperando… así que se montaron 6 delante y el grupo que más ansias de llegar y beber tenía, se montó en la parte trasera.

Sé que con esa expresión pagan justos por pecadores, pero no vamos a permitir que el mote de bebedor, se les pegue solamente al dúo dinámico de El Coyote y su inseparable compañera de tragos, La Contablesitica del fundillosotote.

Llegando al apartado, lejos, remoto, difícil y húmedo paraje del Nuevo acueducto; se podía presenciar a mano derecha, un organizado desorden de sillas plásticas, bajo la agradable sombra de un monte y sobre la húmeda alfombra de un herbaje cadillizado.

Sobre las delicadas y cómodas sillas de plástico, se encontraban las posaderas de la más culta raza de parranderos; una extraña mezcla de razas, culturas, religiones, gustos, disgustos, costumbres y mala costumbres que sólo puede supervivir en las remotas sierras de la Rep. Dom. Y aún así tienen que dividirse en 4 niveles y un parqueo para no comerse uno al otro.

Pero eso somos y no nos arrepentimos de ello. Al convite, se agregaron unos cuantos hermanos que no han permitido que el humo, el tránsito, los Burger Kings o los Pizza Huts borren sus raíces. Que no han dejado que los demás fruta fina (que se creen la gran cosa como para no pasar un rato agradable e inolvidable con el grupo que más goza en un año con todo y nada más tener 2 fiestas) le contagie su detestable complejo de superioridad.

Bueh, luego de ese aliviante desahogo, quiero aclarar que algunos (muy pocos ellos) sí tenían razones de peso como para perderse la chercha, así que al que le sirva el zapato que se lo ponga, al que no le sirva, que no me haga caritas feas ni me llame a dar razones, pues dicen por ahí, que “Justificación no pedida, culpabilidad asumida”.

Comenzada la bemberria, todos y cada uno de los allí presentes, se veía con la característica botellita verde de unas 15 Oz. Y etiqueta Blanca con dorado. Pipo, cuantas vueltas para decir UNA PRESIDENTE.

Puesto que tan temprano en la mañana, el alcohol puede matar los parásitos que contribuyen a la digestión, se procedió a brindar una finísima selección de Quesos y Jamones con una variada colección de galletitas. (Eso fue lo que me dijeron, pero no sé si fue por el alcohol, que sólo vi un tipo de cada cosa).

Sentado como el Ave maría y acompañado de mis dos arcángeles, un par de jovencitas que en sentido figurado, parece que le llevaban la contabilidad al Dios Baco; empezamos a degustar de la milagrosa fermentación de la cebada. Agregose a nuestro círculo una de las jóvenes más legales de la institución, que cometió el error de aceptar mi propuesta de: cuando beba yo, bebes tú.

La joven en cuestión desistió pasadas 2 pequeñas y media y luego de ver que un servidor no tenía planes de dejar de empinar el codo hasta tanto los dos cayeran vueltos un 8 en el piso. Pero nada, me debe unas 7 rondas.

Temerosa la multitud de que se repitiera el armagedón acuático del año pasado, casi todos fueron vestidos cómodamente o con ropa que no les hiciera perder mucho. Aunque algunas, desafiantes, fueron “muy lindas” para un monte.

Igual los caballeros, fueron muy acorde a la ocasión, aunque casi se arma un reperpero cuando un celaje color naranja, bajó derecho al río en un extraño transporte de dos ruedas y un casco espacial.

Hablando de atuendos; como nota curiosa, se destaca el caballero que andaba con una fotografía suya en el pecho… no voy a decir su nombre, porque la fotografía se parecía mucho, aunque no era él y aparte me pidió que no lo hiciera, puesto que hay que guardar las apariencias… y “Ahora” es un hombre de respeto.

Pasados unos segundos, el hermoso matorral que nos servía de campo de estar, se convirtió en parqueo de unas 60 personas que llegaron al balneario a disfrutar de nuestra compañía, nuestra música, nuestras mujeres, nuestra bebida y nuestra comida.

Cuando nadie estaba pensando en río, corrió la voz de alarma de que alguien se ahogaba… desafiando todas las leyes de la física referente al volumen de las cosas con respecto al volumen del agua; resulta que el departamento de Electrodom, por poco sufre una baja, muy bajita ella. Pero gracias a sus compañeros siempre atentos a mujeres en traje de baño, salvó milagrosamente la vida al ser extraída de las feroces aguas de 3 pies de profundidad del río Amina.

Hablando de compartir la comida, las que más comieron, más husmearon y más sopetearon la comida; fueron las integrantes del departamento de… No se asusten… estoy hablando del inmenso enjambre de moscas que apareció cuando se destapó la comida; en un momento pensé que los que estaban sirviendo tenían viruelas y eran 23 moscas en la cara de cada una.

Luego de jartarse y beber hasta acabar las cervezas (como siempre) descubrimos que un ring de lucha que había en el sol, era una pista de baile y el mismo se colocó un poco más cerca de la música a fin de disfrutar más de sus acordes.

En la pista de baile se vio de todo un poco; bailaron borrachos, borrachas, embarazadas, jóvenes, viejos, invitados y no invitados.

Luego de una tanda de baile, tomó las riendas de la “diversión” el eterno y cansón trovador oficial de la cooperativa; en representación de la casa Disquera JCJ Records, el Nelson Ned de la Sierra, Luis Núñez… cantando su nuevo repertorio de canciones en donde se pudo escuchar Malagueña y Voy a Cambiar mi Corazón.

A seguidas y de la misma casa disquera, intervino El Chachá de la sierra, Eddy Serraty. Con una larga experiencia de fusilamientos en su discografía.

Estas tiernas voces, dieron lugar a la más desenfrenada muestra de cariño de todos los presentes hacia las féminas de su interés. Principalmente uno de los integrantes del prestigioso departamento de vigilancia; que armado de Sombrero y Lentes, devoró cual hambrienta fiera, la oreja de una de las visitantes.

Los integrantes de esta rama de la empleomanía, encabezados por su comandante y Jefe; bebieron hasta que se les borró el ombligo (lo sé porque al que andaba con la blusita de tiritos con el ombligo afuera, no se le veía a la hora de salida).

El comandante en cuestión, disfrutó de la bebida y la comida, bailó como si le hubiesen hecho un milagro, voceó hasta más que yo y tiró un borracho al río (el único agraviado).

Uno de sus razos, haciéndole un favor, decidió llevarse el corcel del comandante para evitar accidentes y resulta que el que se dio el estrallón, fue él, pagando las consecuencias un pasajero que creía llegaría seguro al hogar.

Medio entrada la noche fue que se desató la bailadera, pues ya se había comido y bebido y rifado unos 30,000.00 entre los presentes y ex-presentes.

Como por arte de magia y rompiendo la tradición de faltar a estos eventos, llegó para “Hacerle compañía a sus muchachos” (6 horas después de empezado todo) la Secretaria de la Gobernación e inmediatamente quedó embriagada del rico olor a cerdo de las manos de sus edecanes de baile, y el penetrante alcoholado que despedía el aliento de todos los presentes, sé que el año que viene no se lo pierde.

La pista tuvo que despejarse, para dar paso a los sensuales movimientos que mostraban con singular cadencia, las caderas y cuerpos del Boso y La Niña; quienes demostraron que los años pasan de largo, siempre y cuando se tenga el grado correcto de alcohol en la sangre.

Las horas pasaban y como era de esperarse, sólo quedaba el grupito de siempre, con Robin Hood a la cabeza, quien después de todo un día gritando por un micrófono, aún tenía ánimos de acompañar con su voz a los artistas invitados.

Ya entrada la noche y como no se veía dónde estaba el alcohol, entonces decidimos irnos; se armó una recogedera en la que uno de los dispensadores de H2O, dio par de mateplátanos tratando de enrollar una lona; siempre parándose con un dedo en alto, explicando la razón por las que “intencionalmente” hacía las piruetas.

Al final y en el vehículo de Robin Hood, con el comandante a cuestas, decidí marcharme sin noción de tiempo ni espacio; pero dejando atrás otro día del trabajo en que no se trabaja. En el que compartimos grandes y chiquitos; gozando sin que nada importe y olvidándonos siempre de que en algún momento de los siguientes días, el mardito Coyote se va a recordar de todo lo que pasó, que si no se recuerda de algo se lo cuentan o simplemente, no le conviene escribirlo.

Hasta la próxima entonces y no existe nada cierto, por debajo de esta línea…
Qué te parece Rubia???
____________…Cø¥ôTë...______________

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