Mi Canción

sábado, mayo 14, 2016

Destino Final [Parte dos]


[Para leer la parte uno, haga click o punce con el dedo aquí]

Despierto más o menos una hora más tarde eplotándome de los miaos; cuando me siento en la cama, veo mi almohada que es un solo manchón de sangre, que sumado a la que tenía mi ropa, más la que perdí en el hospital, entiendo que era más que suficiente como para que me faltara más de la que tenía; así que tomo la decisión de orinarme en la cama…

Mentira, pero creo que debí hacerlo… Lo que me dije fue, que lo correcto era hacer pipí sentado, porque así, cualquier bahido que me diera, me quedaba ahí hasta que se me pasara y pudiera retornar a la cama; me siento en el inodoro y desahogo mi vejiga con toda la paciencia del mundo; todo un éxito, no me desmayé, así que me paro y ZASSS!!! Blackout! …Otra vez…

Despierto al rato, recostado en el piso, en otro charco de sangre, me pongo la mano en la cabeza y oh sopresa! Me abrí nuevamente el caco unos cuantos centímetros más abajo de la herida inicial. Todo adolorido y sin fuerzas, me digo que no aguanto salir para el hospital nuevamente, pongo una funda plástica en la almohada y me duermo.

Como siempre, despierto a las 6 de la mañana, me siento en la cama con la funda pegada de la cara y el nauseabundo olor a sangre seca invade mi habitación y hasta el último rincón de mis pulmones; la cabeza se me está explotando del dolor y el pecho me duele como si tuviese algunas costillas rotas [Gratzias a Dios que no]. En ese estado, entonces ya comienzo a tomar decisiones más claras.

Como la enfermera en cuestión, vive cerca de la casa de matre, va a pasar temprano a darle la noticia antes que yo y con detalles que no van a ser los más recomendables; así que llamo a casa de mi matre y le cuento que tuve un accidente; como realmente no recordaba lo que pasó y entendiendo que esto llevaría a pensar :1) Estaba borracho y me volqué por eso; 2) El golpe era mucho muy peligroso y había afectado mi cerebro. Así que opté por decirle que no había visto un badén que hay cerca de la casa de mi tío; tal vez por el momento se lo creyeron sin darse cuenta que está tan cerca, que de haber pasado algo, lo iban a escuchar; pero nada, ahí se quedaron las cosas, yo de todos modos no podía explicar la ubicación de mis lesiones y le dije que no me había visto, pero que sentí que sólo me dieron puntos en 3 lugares; unos 3 puntos, específicamente.

Como sabía que iban a salir para mi casa, inmediatamente me puse en limpieza; me di un buen baño, sacándome toda la sangre del cuerpo y la cabeza, limpié bien la bañera; limpié el pozo de sangre del piso, la mano mía pintada en la pared, todas las huellas de sangre que dejé mientras gateaba a la cama, puse mi ropa y la almohada en detergente y boté todos los papeles y fundas implicadas en lo que parecía una escena de crimen de Quentin Tarantino.

Ahí empiezo a llamar a todo el mundo, incluyendo a mi jefe a quien le digo que no se preocupe, que es algo sencillo y que yo entendía que al otro día estaría en el trabajo, pues 3 punticos no me iban impedir realizar mis labores.

Llega mi familia y voy de lo más normal y les abro la puerta de hierro, cuando matre me pregunta que dónde fue, me volteo y le digo, mira, no es la gran cosa… cuando me volteo de nuevo, veo a mi matre  con la boca abierta y pálida y sólo me dice “Pero fue grande!!” así que salgo para adentro, contorsiono mi brazo de todas las maneras posibles hasta que logro subirlo por encima de la cabeza y por primera vez, tomar una foto que me permita ver la heridita en mi cabeza… Er PIPO! Cuando veo el garabato que tengo en el cocote, por poco paso por el acostumbrado arcoíris pastel que decora mi rostro en momentos de debilidad.


La parte inferior derecha es la que se abrió en la casa y no tiene sutura

De una vez vuelvo y llamo al jefe y le digo tembloroso, que la cosa es más seria de lo que pensaba y que esperaría a ver lo que dice el doctor, antes de garantizarle un retorno temprano a mis labores.

Ahí mi matre lavó todo, pero la camisilla que llevaba por debajo, no se pudo salvar; la almohada no quedó blanca, pero pacomotaba…  De una vez comienzan los preparativos para llevarme a su casa y la visita al hospital a limpiarme la herida, inyectarme y demás. Todo esto pasó sin inconvenientes; aunque siempre viene el dilema para los doctores de que soy alérgico a los Aines; que debe ser el 95% de los antiinflamatorios, por lo que generalmente yo tengo que aguantar más dolor que todo el mundo, atento a nada más que paracetamol.

El Lunes siguiente volví por mi certificado médico y las placas que determinaran que no se había roto nada dentro de mi; me regalaron muchas pastillas y de vuelta para la casa de matre; a dormir en una mecedora, porque las noches eran un puro infierno… no podía dormir boca abajo porque me dolía mucho el pecho, el dolor del hombro derecho se había reflejado en toda la parte superior de mi cuerpo, por lo que no podía dormir de lado; pero si me acostaba boca arriba, entonces me sangraba la herida por lo que la toalla que tenía sobre la almohada, había que cambiarla cada mañana.

Como no aguantaba mucho esta situación, decidí volver para mi casa, andaba manejando en el carro con mucha calma y en la noche dormía en una mecedora con los pies sobre la cama; cada día venía mi amiga doctora a curarme la herida mientras se acercaba el temido día de quitarme los puntos.
 
Cuando la doctora no podía, me limpiaba yo mismo
Llegado el día y la hora y tengo a mis hijos vigilándome con una botella de bay rum en la mano y un algodón con alcohol en la otra, esperando mi desmayo… ahí empezó la tortura y uno por uno me fueron quitando los 18 puntos de sutura que siempre pensé que fueron 3; pero que dolieron como 41. La desesperación de mis hijos cada vez que yo ponía la cara como un codo engurruñao por el dolor, me daba ganas de reír y hacía más placentero el momento. Cabe destacar que nunca me suturé la 2da herida, por lo que esta tardaba más en cicatrizar.


Como a los 3 días de quitarme los puntos, ya había una herida “muy bonita” según la doctora, pero había otra parte que no paraba de sangrar y que a ella le preocupaba lo blandita que estaba esa parte del cráneo, hasta que me dijo que esa parte no estaba pegada y que me la tendría que quitar… Cuando yo siento el mismo dolor en el mismo sitio y por mucho tiempo, decido que ya es parte de mi y me acostumbro, así que le dije que lo quitara y así lo hizo; yo realmente no sentí nada hasta que depositó en el recipiente que tenía en la mano, una porción de mi cuero cabelludo de casi una pulgada de largo; lo que me espantó por el momento pues en ese momento supe… que me quedaría un claro en la cabeza.

Cumplidos los 10 días de licencia, retomé mis labores e incluso comencé a viajar a Santo Domingo todos los fines de semana a un curso que estaba haciendo; para disimular el rajao en mi cabeza, usaba una boina que me prestó mi abuelo.


Al fin y al cabo estos son algunos aspectos que resultaron de este evento y otros tantos que quisiera puntualizar:

  • No volví a manejar el motor hasta que no llegó un casco de verdad que pedí por internet.
  • Cuando salí por primera vez en el motor, estaba tan flojo, que me tomó 20 minutos llegar de la casa al trabajo y luego al mecánico, era imposible mantener el control; no entiendo cómo hice un viaje más largo en aquella noche y con la cabeza rota.
  • Nunca, más nunca de los jamáses, salgo sin casco, esto me salvó de otra partida de cabeza en el más reciente de mis accidentes.
  • Mi casco es motivo de burlas en todo SAJOMA, aparte de que soy el único que usa casco en todo momento, me preguntan que por qué si no hay Amet, aparte de que después de las 6, no es necesario. [oigan eso].
  • Llegué a la conclusión de que algo me golpeó en la cabeza, una rama de árbol o una pedrada o no sé, pero no hay forma de golpearme sólo en los puntos donde me di y sin un solo rasguño más.
  • Desde ese accidente no puedo dormir sobre mi lado derecho, el dolor vuelve como el primer día si así lo hago.
  • Efectivamente me quedó un claro en la cabeza y toda el área muy sensible al tacto.
  •  La maldita madre del compañero de trabajo que en la fiesta de Mayo me dio en la cabeza mientras estaba de espalda en la hora loca.
  • Las Boinas si bien no se meten en la lavadora, menos en la secadora, se le molió el pico.

Mi super casco de aviador, o jokey o lo que sea.
Trueno blanco me dobló un dedo que casi me lo rompe; luego me abrí la cabeza y tengo una torre Eiffel delineada en mi cráneo; este año se me partieron 2 dedos y todo el mundo me pregunta que por qué no salgo de eso.

Realmente han sido 3 accidentes de los que no he tenido la culpa y se han dado todos los eventos que llevan a que así tenía que ocurrir, así que mi pobre motorcito no tiene la culpa, si sólo me he accidentado en 3 de los 526 días que tengo con él. Si a eso le agrega que el consumo son 2 galones por mes; entenderá que la relación con mi adorado trueno blanco; si Dios quiere , va pa largo.

...Cø¥ôTë...

1 comentario:

Pedro Genaro dijo...

Querido hermano Cø¥ôTë...lamento mucho todo esto que tuviste que pasar pero lamento más decirte que me he reído como un loco leyendo todo esto.

Por lo que pueda valer...me preocupé con los blackouts...